domingo, 26 de octubre de 2008

Me voy a dormir para al otro día ir al colegio y hacer lo mismo de siempre.
En el colegio solo había una chica que me caía RE bien, pero nunca me animaba a hablarle ya que yo era la marginada del colegio. Ese día me vino a hablar y a preguntarme como me llamaba, hablamos un montón y me dijo de salir el finde. Yo acepté muy contenta, y al fin llegó el día. Fuimos a caminar por Alvear con una amiga de ella, que también era del colegio pero nunca la había visto. También me cayó bien osea que la pasé genial, volví a mi casa re emocionada pero no se lo podía contar a nadie porque ¿ a quién más tenía, más que ellas (ahora mis amigas) y EL ?
Ahora por lo menos, las tenía a ellas dos, que me escuchaban siempre y estaban. Pasabamos los recreos las tres juntas, riendonos, llorando, jugando lo que sea.
Mi papá me dijo de ir a un psicólogo y no se da cuenta que la única forma en la que yo esté bien es que ellos me quieran.
Por ahora estoy decidida a dedicarme a hacer lo que más me gusta: cantar y escribir. Escribo porque nadie lo va a leer ni a criticar mis pensamientos y eso es lo que mejor me hace. Le tengo mucho miedo al fracaso (entre otras cosas).

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